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Mostrando entradas de abril, 2012

EN BLANCO

Sólo para empezar es decir, romper el hielo como un arrancador en celo anoto para fundar inicial, comenzador, principiante, lanzado, proyectado de aquí en más; ir como yendo, con nada atrás y todo (imaginado) por delante Con ánimo trazador, abrecaminos, hijo lejano del iluso futuro, lucecita al final de túnel oscuro, inaugural, pereza del destino.

DEVOLVER CON LA FRENTE MARCHITA

Y de tan "ypeefeizados" que andamos por estos días, aún si todo fuera apenas producto de ese imaginario colectivo al que muchos osan referirse despectivamente, no hay nada que hacerle: las sensaciones van par a un mismo lado. El ejercicio consiste en cerrar los ojos y abusar de la voz de este buen vecino que estremece a susurros sobre una pluma de acá. Pruebe, dele vida a un barril de crudo -simbólico, negro, desbordado de esa poesía popular de los cuentos de Soriano y, claro, la lente de Pino Solanas (en esto muy pertinente)- que flota perdido en la inmensidad del Atlántico, bajando heroico hacia tierras sudacas como una carabela descarriada y burlona... "Llevo el Sur /  como un destino del corazón /  soy del Sur /  como los aires del bandoneón"

HIJA

Revolucionaria, irreverente, vendrás acaso una noche  a tocar el timbre de mi desvelo. A poblar de incertidumbres  mis más firmes decisiones.   A ametrallarme de presente  los recuerdos. En tu llanto inicial irá mi corazón como un velero, andando en la sangre sin rumbo  a donde me lleven tus caprichos y el viento.  Me volveré un obstinado animal feliz ignorante de los inviernos. Vas a venir ceñida del lomo  de una incalculable esperanza. Tramada en una almohada sin sueño  durante tanto tiempo.  No me va a alcanzar la mirada  para asistir ansioso a tu descubrimiento. Ante mi estupor,  tu humanidad flamante será el grito que rompa el secreto: la vida es una luz inapagable y constante   que  en el espejo sublime nos recorta perfectos En un mínimo e impreciso rincón de este recinto inmejorable  que es el Universo, nos miraremos un segundo como una formalidad del conocernos. Y naceré en tu ser.  Seré en vos un eco. Ese será  nuestro encuentro

EL SUEÑO DE LA CASA AJENA

Escribe: Joaquín Castellanos Fotos: Techeros Rosarinos “Mi casa fue un caso bastante especial. En mi familia  había un grado de hacinamiento importante”, cuenta. Es grato escuchar a alguien involucrarse así en la solidaridad hasta apropiarse del contexto en el que trabajó sin otro interés que el de ayudar. Diego es licenciado en Relaciones Internacionales y además es voluntario. Él, entre una veintena de personas, partió de Rosario a finales de marzo para sumarse a un ejército de constructores que ad honorem levantaron 110 viviendas sociales en suelo bonaerense. Confiesa que le hubiera gustado no tener que ir tan lejos para dar una mano. Pero, si bien sobra voluntad, para eso faltan todavía algunos detalles. “Un Techo para mi País busca abrir una sede en Rosario”, rezaban los titulares a comienzos de marzo. El entusiasmo por fin había conseguido meterse en los diarios entre las crónicas policiales, la política escandalosa y otros grises asuntos cotidianos. Pero

ALFONSÍN SUEÑA CON LA MUERTE

(abril de 2009) Por Joaquín Castellanos Cuando el cansancio es tan hondo, no se sabe si es de noche o es de día. Por eso, aunque existiese la inquietud, al hombre ya no le importará demasiado si es el gobierno del sol o el imperio de la luna. La puerta y la ventana estarán cerradas. Apenas le alcanzará con guardarse en la memoria el íntimo e inmediato paisaje sin tiempo que rodea su cama. A la clausura de los párpados la sucederá una revoloteante idea: “Murió Alfonsín, el hombre de la democracia”, empezará a soñar que titulan los diarios, echando a andar por fin su biografía contenida en las gateras. Así podrá ver cómo, con el tierno zarpazo de la muerte de por medio, la argentina mirada se compadecerá una vez más de sí misma para ceder ante el reconocimiento en el justo momento en que la pérdida sea ya irreparable. Raúl Ricardo Alfonsín se sabrá de a poco lamentado auténticamente, apropiado por las circunstancias, invadido por los obsecuentes, abo