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Mostrando entradas de marzo, 2012

TRAS SU MANTO DE NEBLINAS

Foto de revista de la época durante el "triunfalismo" mediático en plena guerra    Escribe:  Joaquín Castellanos Fotos:  Sebastián Granata “Los Veteranos de Malvinas tenemos como 120 años”, insinúa Rubén Rada, dirigente de los Ex Soldados Combatientes. Y busca hacer pie en una teoría más de las sensaciones que de la aritmética: “Fuimos a la guerra a los 18, y cuando volvimos creo que ya teníamos como 60 años… Todos estamos cumpliendo 50, muchos ya son abuelos. En cada cumpleaños, la frase sale sola: estamos regalados . Estar bien tiene que ver con el entorno, tu compañera, la familia. Pero hay muchos que se quedaron en el camino y a eso no lo podemos olvidar”, explica. Se estima que alrededor de 10 mil conscriptos y unos 5 mil soldados profesionales participaron de la guerra. En el choque militar con Gran Bretaña murieron 649 argentinos (323 en el hundimiento del crucero General Belgrano y 326 en el archipiélago). Pero hay otro tipo de bajas: casi 500 d

UN PRÓCER Y UN BARRIO SIN TIEMPO

Escribe: Joaquín Castellanos Fotos: Leonardo Vincenti 1 “Allá lo tenemos”. Desde el ingreso, por una puerta entreabierta, un dedo de mujer señala hacia una lejana pared del salón que está al otro lado. Entre las banderas nacional y provincial está la estampa del recordado político en blanco y negro. Ir al encuentro de un homenaje no siempre resulta del todo gratificante. El olvido y el desencanto parecen estar atados a la memoria de aquel prohombre atormentado. 2 Había cumplido 70 años de edad hacía un mes y un día. Lisandro de la Torre y su angustia habitaron hasta el 5 de enero de 1939 el departamento porteño de calle Esmeralda 22, junto al fantasma de su admirado Leandro N. Alem. Como a él, un disparo suicida y un inmenso desengaño político le quitaron la vida. Aquel año de la muerte del político rosarino, un capricho de la nomenclatura urbana, en el barrio que décadas después llevaría su nombre y tras el entubamiento  del arroyo Ludueña, inauguró el Parqu

LA PATRIA DE TODOS LOS DÍAS

Escribe: Joaquín Castellanos El palpitar de los concurrentes al festejo por el Bicentenario de la Bandera agotó cierto intento por mostrar en veredas diferentes a la política actual y la Historia, las militancias y la familia, las adhesiones y los rechazos al Gobierno nacional. La convivencia armónica de las diferencias bajo una misma bandera como síntoma de actualidad. Postales de una celebración popular que burlaron el riesgo de caer en la lógica del gran acto escolar. El pulso cotidiano fue a los festejos tal cual es. Como el celeste y el blanco de la bandera, la propia celebración se encargó de  marcar claramente las divisiones de las franjas, imposible de maquillar con puestas en escena la realidad diaria de los ascensores, las colas de los bancos o las mesas de bares y/u hogares bien constituidos. El juego de las diferencias fue fundamental para el éxito de la celebración. Así se confundieron en la multitud las mujeres pitucas con los hombres sin afeitarse;