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Mostrando entradas de octubre, 2011

LOS SESENTAÑEROS (2)

Ya criaron a sus hijos y disfrutan de sus nietos. Ven a las cosas desde otro lugar, hacen lo que quieren porque saben que es ahora o nunca. A muchos ni se les ocurre jubilarse, y para otros tantos que ya dejaron la actividad laboral, el cambio no ha sido para deprimirse sino todo lo contrario: atraviesan un ocio feliz junto a su pareja o aferrados a una soledad confortable. JÚBILO Cuando alguien mayor de 65 años va al cine, tiene el beneficio de un descuento en la entrada. La situación puede generar en algunas personas una angustia mayor que la que causaría una película dramática. Éste no es el caso, sino su opuesto. “Para mí, la jubilación fue una liberación”, confiesa Lila. Tiene 63 años y hace dos que dejó de trabajar, pero no lo lamenta en absoluto. “Soy una feliz jubilada. Cuando era más joven me preguntaba qué iba a hacer cuando llegara el momento. Y no hice nada. Una maravilla. Me falta tiempo para hacer todo lo que quiero”. Vive en la zona Norte, es maestra, antropóloga

LOS SESENTAÑEROS

“No creo que haya ningún investigador en condiciones de responder exactamente qué es la vejez. Ser viejo es una situación subjetiva individual. Y cada uno va a decidir en un determinado momento de su vida que es viejo para tal cosa”, explica el especialista. Los sesentones de hoy son activos actores sociales. Están convencidos (o nos convencen) de que la ancianidad moderna se ha desplazado una o dos décadas más adelante. SESENTA ABDOMINALES Son las 10 de la noche. Recién sale del gimnasio y está en un bar con una mujer veinticinco años menor que él, que es su personal trainer… pero también es algo más. El documento de Adolfo dice que ronda los sesenta años de edad pero mucho de su ser se obstina en contradecirlo. Como cada día, estuvo trabajando desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. “Yo me amo físicamente”, dice orgulloso. Cuatro veces por semana se toma un taxi que lo lleva del trabajo al gimnasio. Y, por si fuera poco, los domingos por la mañana sale a correr 25 km

YO TENGO FE (3)

Como los profetas más célebres y antiguos, están en cualquier esquina. El altar de los auténticos predicadores contemporáneos es la calle. LA PROMOTORA DE DIOS Eran los días de la campaña electoral y entre los afiches de los sonrientes candidatos irrumpía un stand particular cuya consigna nada tenía que ver con esa elección: “Lea la palabra de Dios, la Santa Biblia diariamente”. Desde hace dos años, los Testigos de Jehová tienen autorización municipal para ocupar una porción de la esquina más tradicional de la ciudad: Corrientes y Córdoba, junto a la Bolsa de Comercio. Los viernes y sábados, desde hace algunos años, Viviana es “promotora de Dios”. Antes lo fue para campañas de importantes empresas y productos hasta que un día se volcó por completo a la Fe y se dedicó a promocionar su religión. “Los tiempos han cambiado. Nuestro objetivo hoy está marcado por las necesidades de la gente. Antes era enseñar doctrinas; hoy se trata de acercar ayudas prácticas a los problemas que l

YO TENGO FE (2)

Más allá de los dogmas, todos por igual intentan persuadir afuera de los templos. Como los profetas más célebres y antiguos, están en cualquier esquina. El altar de los auténticos predicadores contemporáneos es la calle. LIBROS, CAFÉ Y FE Volvía de visitar a una amiga que estaba internada cuando prácticamente se llevó por delante el local. La mujer le preguntó a una muchacha que barría la vereda qué era ese lugar. Un cartel sobre la curiosa cafetería ya le había anticipado algo: “BooKafé, un lugar de oración”. Entró, contó su pesar, habló de su vida. La escucharon. Y le dieron un libro para que llevara a su casa. “Después de entrar acá, cambió todo. Tengo las mismas necesidades, el mismo trabajo, los mismos dolores. Pero los veo, los siento y los encaro de otra manera. Dios vive en mí”, exclama la mujer que ahora es habitué. El sitio gastronómico-espiritual está desde marzo en Sorrento 1099 –a dos cuadras del inicio norte de la avenida De la Travesía– y es la segunda s

YO TENGO FE (1)

Mientras los dogmas religiosos se superponen, los misioneros de los distintos credos se parecen entre sí mucho más de lo que ellos imaginan. Tertulias cristianas de café, el fútbol como lugar de encuentro y un stand bíblico en plena peatonal: lo cotidiano como recurso vital para invitar a lo espiritual. Los métodos innovadores de algunos evangelizadores locales. Entusiastas, comprometidos, voluntariosos. Más allá de sus distintas posturas, todos por igual intentan persuadir afuera de los templos. Trabajan a diario para Dios, aun después de sus actividades personales, y a veces hasta consagran su vida profesional a la iglesia. Para encontrarlos sólo basta con asistir desprejuiciados a la cotidiana misa urbana: como los profetas más célebres y antiguos, están en cualquier esquina. El altar de los auténticos predicadores contemporáneos es la calle. JUVENTUD UNIDA “Al principio oramos para que Dios nos cuide las piernas; tratamos de cuidarnos porque al otro día tenemos que ir